miércoles, 28 de diciembre de 2011

Psicomotricidad infantil

El concepto de psicomotricidadno está claramente definido, puesto que poco a poco se incluyen más actividades y se va extendiendo a nuevos campos. Al principio, era un conjunto de ejercicios utilizados para corregir alguna debilidad, dificultad odiscapacidad. Pero, hoy en día, ocupa un lugar destacado en laeducación infantil, sobre todo en los primeros años de la infancia, ya que existe una gran interdependencia entre el desarrollo motor, el afectivo y el intelectual.

Bebé haciendo gimnasia

La psicomotricidad es la acción del sistema nervioso central, que crea una conciencia en el ser humano sobre los movimientos que realiza, a través de los patrones motores como la velocidad, el espacio y el tiempo.

Movimiento y actividad psíquica de los bebés

El término psicomotricidad se divide en dos partes: el motriz y el psiquismo, que constituyen el proceso de desarrollo integral de la persona. La palabra motrizse refiere al movimiento, mientras que psicodetermina la actividad psíquica en dos fases: la socio-afectivo y la cognitiva. En otras palabras, en las acciones de los niños se articula toda su afectividad y sus deseos, pero también todas sus posibilidades de comunicación y conceptuación.

La teoría de Piaget afirma que la inteligencia se construye a partir de la actividad motriz de los niños. En los primeros años de vida, hasta los siete años aproximadamente, la educación del niño es psicomotriz. Todo, el conocimiento y el aprendizaje, se centra en la acción del niño sobre el medio, los demás y las experiencias, a través de su acción y movimiento.

Estimulación y reeducación para bebés

A través de la psicomotricidad se puede estimular y reeducar los movimientos del niño. La estimulación psicomotrizeducacional se dirige a individuos sanos, a través de un trabajo orientado a la actividad motriz y el juego, mientras que en la reeducación psicomotriz se trabaja con individuos que presentan alguna discapacidad, trastornos o retrasos en su evolución y se tratan corporalmente mediante una intervención clínica realizada por un personal especializado.

Diez consejos para la educación de los hijos

http://www.youtube.com/watch?v=tpWS9TMDZl8&feature=related

miércoles, 30 de noviembre de 2011

ESTIMULACIÓN TEMPRANA Y DESARROLLO INFANTIL

ESTIMULACIÓN TEMPRANA Y DESARROLLO INFANTIL

Estimulacion temprana Estimulación Temprana en la Lectura

¿Qué Aumenta más la Inteligencia de tu Hijo a una edad Temprana?

Sin duda, ¡aprender a leer !

Porque leer no es una materia escolar como nos han hecho creer en las escuelas, leer es una función cerebral igual que escuchar. ¿Por qué ? Pues porque:

Escuchar es la capacidad de poder percibir y entender el lenguaje oral. Usamos la vía auditiva para oir los sonidos que se transmiten al cerebro y éste es el que entiende el lenguaje. La oreja no es inteligente, lo es el cerebro.

Leer es la capacidad de percibir y entender el lenguaje escrito. Y usamos la vía visual, es decir los ojos, para que la información llegue al cerebro. El ojo tampoco es inteligente, es el cerebro el que entiende el mensaje y da un significado a cada palabra escrita.

La información le llega al cerebro por distintas vías pero son funciones cerebrales tanto leer como escuchar.

El cerebro del bebé puede entender el lenguaje hablado igual de pronto que el lenguaje escrito siempre que se le presente con palabras grandes y voz alta y clara, igual que hacemos cuando le hablamos. ¿Acaso no le hablamos a un bebé alto claro y con entusiasmo? ¿A caso no le repetimos muchas veces una palabra? Cuando le decimos: “Di mamá…, maaamá…, maaamá… ” o cuando le decimos “Ven con mamá pequeñín, ven con mamá pequeñín…” . Lo hacemos por instinto… no se nos ocurriría hablarle a siempre a susurros a un bebé porque por instinto sabemos que no nos oirá, su vía auditiva aun no está madura para eso.

Puedes saber más sobre cómo enseñar a leer para Aumentar la Inteligencia de tu Hijo en:

http://AumentaLaInteligenciaDeTuHijo.com/estimulacion-temprana

Mostrar el lenguaje hablado siempre en susurros a un bebé es tan absurdo como mostrarle el lenguaje escrito en letras pequeñas, su vía visual aún no está madura, por eso no lo puede entender. Hay que enseñarle a leer igual que le enseñamos a escuchar, o lo que es lo mismo, a entender el lenguaje hablado.

Pero lo más emocionante de todo es que enseñar a leer a tu hijo una edad temprana tiene un gran efecto en el desarrollo fí­sico del cerebro mismo y en el fruto de ese desarrollo: la Inteligencia. ¡Es tan emocionante como cierto!



miércoles, 16 de noviembre de 2011

EDUCACION Y DISCIPLINA




Tanto en los hogares como en el ámbito escolar la discusión sobre cuál es el mejor modo de educar la conducta de los niños es tan permanente como diversa

Tanto en los hogares como en el ámbito escolar la discusión sobre cuál es el mejor modo de educar la conducta de los niños es tan pemanente como diversa.

Hace pocos meses se discusión en Inglaterra una ley para prohibir el castigo corporal a los niños, donde se evaluó la opinión de la población.

La mayoría de los padres modernos y educados de Inglaterra dudan de la efectividad del castigo corporal, lo ven inadecuado como lo es en edades posteriores para toda relación humana, pero reconocen que recurren a él de de vez en cuando.

Por supuesto que a esta altura de los siglos, no hay dudas de que todo castigo que comprometa el bienestar físico del niño debe ser penado. Pero qué hay del clásico cachete, bofetada, sacudida o agarrada fuerte?. Son beneficiosos? Mejoran la conducta del niño?, o más importante aún, moldean una conducta futura?.

La forma de establecer disciplina en los niños está muy influida por el modo en que cada uno de nosotros ha sido educado al respecto, el nivel educativo y socioeconómico, y también por las características de la personalidad de los niños y sus padres.

Así como se conversa sobre el sitio donde vivir, los padres debemos acordar las pautas de conducta, siendo flexibles a cambiar los términos y readaptarnos a la realidad de cada niño en particular. Hijos de una misma pareja, supuestamente bajo iguales circunstancias, pueden ser totalmente distintos en sus reacciones a pautas de conducta. Por supuesto que los desacuerdos no deben mostrarse frente a los hijos, no debe desautorizarse al otro padre, sino más bien consultarse entre ambos.

En Estados Unidos se realizó un consenso sobre castigo corporal y pautas de disciplina efectiva en los niños, identificando 3 elementos esenciales :

  • Un ambiente de aprendizaje caracterizado por relaciones padre-hijo positivas y comprensivas.
    Los niños pueden desarrollarse mejor cuando los adultos se interesan por lo que hacen, elogian los comportamientos buenos, y los estimulan a participar en acyividades del hogar.
  • Estrategias para el aprendizaje sistemático y el fortalecimiento de los comportamientos deseables.
    Los niños responden bien a la rutina, a la consistencia de la reacción parental y a las explicaciones de los motivos de la disciplina. Lo opuesto a esto: los retos frecuentes, la falta de reconocimiento de las necesidades emocionales y evolutivas, las respuestas inconsistentes a comportamientos no deseados,conducen a un comportameinto antisocial.
    Los niños aprenden mejor de lo que ven, y modelan su conducta acorde con la de sus padres.
  • Estrategia para disminuir o eliminar los comportamientos no deseados o inefectivos
    Existen diversas estrategias: ignorar el comportamiento indeseable, dar penitencias, sacar privilegios, o aplicar castigo físico o verbal.

El castigo físico, muy utilizado en la habitual forma de bofetada, mejora o da respuesta en lo inmediato.

El niño se atemoriza, pero no aprende el comportamiento deseado, y en el largo plazo puede estimular conductas agresivas.

Es decir, el castigo corporal no es efectivo como enseñanza, y suele ser negativo para la conducta. Finalmente, quien castiga suele estar fuera de sí, en explosión, es decir, fuera del dominio de la situación y sólo muestra a su hijo que esta es la única forma de imponerse como padre.

Las penitencias adaptadas a la edad (retirarse de la mesa, ir a la habitación o al rincón), anular los privilegios especialmente en niños mayores, con la explicación correspondiente del por qué y el hasta cuándo, son métodos efectivos.

Recordar

Tan malo es castigar como no poner pautas de conducta. No podemos pretender que en la escuela eduquen la conducta de nuestros hijos.

En este siglo es tiempo de estar convencidos de que nuestro hijos son personas. El castigo corporal es un abuso sobre su persona porque se recurre al temor y al dolor, cuando en realidad queremos enseñarles a comportarse bien como fruto del convencimiento y el razonamiento.

SER MEJORES PADRES

Hoy en día es muy difícil ser padre/madre, sobre todo un buen padre/madre.
Con el aumento de los cambios sociales y avances tecnológicos que vivimos, las nuevas forma de vida, las aspiraciones personales que nos planteamos, así como las familias en las que el padre y la madre trabajan fuera de casa, el tiempo que queda para los hijos es muy escaso. Sin embargo, independientemente del ritmo de trabajo o de la situación vital de cada miembro de la familia, es posible ser mejor padre de lo que se es.

Siempre hay tiempo para mejorar. Se puede ser mejor padre, aunque no sea sencillo conseguirlo, siguiendo unos pocos principios que hay que poner en práctica a diario.

Se los proponemos a continuación:

Principios a tener en cuenta:
• Principio 1: No se empeñe en luchas de poder, en enfrentamientos de los que es probable que nadie salga victorioso.
• Principio 2: Diga cosas agradables a sus hijos de vez en cuando, sobre todo si no se lo esperan.
• Principio 3: Es importante ser raro. Acepte usted ser raro. No deje que los hijos piensen que son más raros que sus padres.
• Principio 4: No haga cosas por sus hijos que ellos sean capaces de hacer por sí mismos, a menos que esté seguro de que le devolverán el favor.
• Principio 5: Hay que tener una autoestima alta. Si los padres no la tienen, sus hijos tampoco.
• Principio 6: Aprenda a pedir disculpas cuando no cumpla sus propias cotas de exigencia al tratar a sus hijos.