miércoles, 16 de noviembre de 2011

EDUCACION Y DISCIPLINA




Tanto en los hogares como en el ámbito escolar la discusión sobre cuál es el mejor modo de educar la conducta de los niños es tan permanente como diversa

Tanto en los hogares como en el ámbito escolar la discusión sobre cuál es el mejor modo de educar la conducta de los niños es tan pemanente como diversa.

Hace pocos meses se discusión en Inglaterra una ley para prohibir el castigo corporal a los niños, donde se evaluó la opinión de la población.

La mayoría de los padres modernos y educados de Inglaterra dudan de la efectividad del castigo corporal, lo ven inadecuado como lo es en edades posteriores para toda relación humana, pero reconocen que recurren a él de de vez en cuando.

Por supuesto que a esta altura de los siglos, no hay dudas de que todo castigo que comprometa el bienestar físico del niño debe ser penado. Pero qué hay del clásico cachete, bofetada, sacudida o agarrada fuerte?. Son beneficiosos? Mejoran la conducta del niño?, o más importante aún, moldean una conducta futura?.

La forma de establecer disciplina en los niños está muy influida por el modo en que cada uno de nosotros ha sido educado al respecto, el nivel educativo y socioeconómico, y también por las características de la personalidad de los niños y sus padres.

Así como se conversa sobre el sitio donde vivir, los padres debemos acordar las pautas de conducta, siendo flexibles a cambiar los términos y readaptarnos a la realidad de cada niño en particular. Hijos de una misma pareja, supuestamente bajo iguales circunstancias, pueden ser totalmente distintos en sus reacciones a pautas de conducta. Por supuesto que los desacuerdos no deben mostrarse frente a los hijos, no debe desautorizarse al otro padre, sino más bien consultarse entre ambos.

En Estados Unidos se realizó un consenso sobre castigo corporal y pautas de disciplina efectiva en los niños, identificando 3 elementos esenciales :

  • Un ambiente de aprendizaje caracterizado por relaciones padre-hijo positivas y comprensivas.
    Los niños pueden desarrollarse mejor cuando los adultos se interesan por lo que hacen, elogian los comportamientos buenos, y los estimulan a participar en acyividades del hogar.
  • Estrategias para el aprendizaje sistemático y el fortalecimiento de los comportamientos deseables.
    Los niños responden bien a la rutina, a la consistencia de la reacción parental y a las explicaciones de los motivos de la disciplina. Lo opuesto a esto: los retos frecuentes, la falta de reconocimiento de las necesidades emocionales y evolutivas, las respuestas inconsistentes a comportamientos no deseados,conducen a un comportameinto antisocial.
    Los niños aprenden mejor de lo que ven, y modelan su conducta acorde con la de sus padres.
  • Estrategia para disminuir o eliminar los comportamientos no deseados o inefectivos
    Existen diversas estrategias: ignorar el comportamiento indeseable, dar penitencias, sacar privilegios, o aplicar castigo físico o verbal.

El castigo físico, muy utilizado en la habitual forma de bofetada, mejora o da respuesta en lo inmediato.

El niño se atemoriza, pero no aprende el comportamiento deseado, y en el largo plazo puede estimular conductas agresivas.

Es decir, el castigo corporal no es efectivo como enseñanza, y suele ser negativo para la conducta. Finalmente, quien castiga suele estar fuera de sí, en explosión, es decir, fuera del dominio de la situación y sólo muestra a su hijo que esta es la única forma de imponerse como padre.

Las penitencias adaptadas a la edad (retirarse de la mesa, ir a la habitación o al rincón), anular los privilegios especialmente en niños mayores, con la explicación correspondiente del por qué y el hasta cuándo, son métodos efectivos.

Recordar

Tan malo es castigar como no poner pautas de conducta. No podemos pretender que en la escuela eduquen la conducta de nuestros hijos.

En este siglo es tiempo de estar convencidos de que nuestro hijos son personas. El castigo corporal es un abuso sobre su persona porque se recurre al temor y al dolor, cuando en realidad queremos enseñarles a comportarse bien como fruto del convencimiento y el razonamiento.

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